Descripción
La vida y la muerte se entrelazan de manera tan estrecha que muchas veces nos es imposible adivinar donde termina una y donde comienza la otra. Existimos con la premisa de existir y allá vamos, jugando todas las cartas del mazo hasta que de pronto entendemos que no todo es tan claro, que algunas veces no todo es lo que la luz refleja. Porque la distancia entre luz y sombra puede ser tan corta como alcanzar el interruptor y, cuando lo alcanzamos, todo cambia: lo brillante se apaga o la oscuridad brilla.
En cualquier caso, lo que era ya no es.
Alguien nace.
Alguien muere.
Alguien ríe.
Alguien llora.
Y el café que humea en la taza bien podría ser el último.
O no, quien lo sabe.
Creemos vivir en la luz pero ignoramos que tan lejos está el interruptor.
Allí, en esa línea desdibujada que intenta sin lograrlo dividir lo que es y lo que podría ser, transcurren estas historias.
Historias de la vida, a la que nos aferramos cada día con la desesperación del moribundo e historias de la muerte, aquella que nos acompaña desde el instante mismo en el que dimos el primer berrido.