Descripción
Escribir la historia del psicoanálisis permite que este permanezca, que dure lo que fue un acto de fundación. Graciela Musachi vela para que esa historia no sea adulterada.
Para ello, rescata a algunas de las mujeres de esa historia, que no estuvieron desde el inicio, para conjugar feminismos y maternidades; recupera a algunos de los hombres, con sus nombres, que dieron existencia al psicoanálisis en el mundo de habla hispana, traduciendo, editando, prologando, y lo extendieron a rincones impensados del mapa; convoca a los hombres del derecho, que se sirven del psicoanálisis para interrogar los fundamentos del discurso del que ellos son agentes, y al hombre que hace la experiencia del psicoanálisis: el hombre común.
Asimismo, reflexiona sobre la función de la literatura, que en un primer momento parecería que nada tiene que ver con una lectura psicoanalítica, y recurre a aquellos que con información de buenas fuentes denuncian las sectas que se ocultan tras un cientificismo que no es más que falsa ciencia. Todo, para que no se pierda esa historia.