Descripción
…esa voz que no deja de hacerse oír en el Facundo, intercalada entre los relatos, los argumentos o los cuadros de costumbres, nos recuerda la presencia del predicador, cuya plataforma no es, en este caso, la del pulpito, sino la plataforma mundana de la civilización. Aunque invoca constantemente a su lector, el texto parece reclamar no sólo la recepción de la lectura, sino la recepción y el eco de una audiencia, ante la cual discurre una palabra cuyo ritmo y cuyo timbre varían según una amplia gama de tonos y que parece disfrutar, a la vez, de la evocación histórica y del adoctrinamiento, de la digresión y de la polémica. A través del movimiento que anima ese verbo, se abren paso la representación y la norma, la figuración de los hechos y la prescripción.