Descripción
Desde las últimas décadas del siglo XX, las discusiones del campo educacional están atravesadas por las polémicas que se han desatado en torno a la denominada “crisis de la modernidad” y a los interrogantes que se abren sobre una “era posmoderna”, que parece instalarse para apoderarse de la escena política, social, cultural, educacional. Sin embargo, el proceso histórico se ha encargado de demostrar la debilidad de ciertos enunciados que, de la mano del pensamiento conservador, no hacen más que ratificar la consolidación hegemónica global del capitalismo como estructura económica sobre la que se edifica la modernidad, hoy más vigente que nunca. Aquellas resonadas expresiones como “el fin de la historia” o “el fin de las ideologías” -acompañadas del culto al consumo, al individualismo y a la superficialidad- no son sino una mirada cultural que, bajo el halo del “posmodernismo”, encuentra sus raíces en los cimientos más conservadores de la sociedad moderna, estructurada sobre la lucha de clases y el conflicto entre opresores y oprimidos.