Descripción
Morfología es un término que alude obviamente a forma, a lógica o estudio de la forma. Pero forma es un vocablo multívoco que, entre zonas de irrealidad, de fantasma y de contundencia sustantiva, óntica, convoca, evoca y seduce. El vocablo parece dirigir su atención a dos localizaciones opuestas que se entrecruzan, simétricas. Una refiere a un objeto, espacio, obra, cosa, soporte empírico, materia, envolvente figurativa Ç; otra refiere a un sujeto, agente, mente, idea, energía activa, accesibilidad conceptual. Una y otra pueden reclamar, y de hecho lo hacen, cuotas de preeminencia, formas de inscripción y tiempos de antelación. En sentido vulgar la forma es figura presente que se exhibe. Es silueta. Es esfinge. Es fachada o película con sentido heráldico. Es faceta diurna. En sentido retórico la forma es figura ausente que se oculta. Es habitante de lo profundo. Es interioridad. Es faceta nocturna y estructura de las sombras. Habría también un sentido para la forma que parte del tiempo. Cada forma es “en el tiempo”, se descifra por su duración, su estar en acto, su oportunidad de ocurrencia. Es instante, implosión, átomo y letra, punto de cristalización. Pero otra es flujo, metamorfosis de eterno retorno, discurso y decurso. Formas detenidas y formas evanescentes. De todos modos, formas fantasmáticas. Porque sea como sea el fantasma consuma la ensoñación del objeto y el espacio: tener y poseer forma.