Descripción
En la complejidad de un tiempo donde conviven el inmediatismo y la proliferación de memorias sin historias, el cuidadoso y exquisito trabajo de compilación realizado por Rodolfo Nicolás Capaccio y Rosita Escalada Salvo recupera el valor de las palabras. Porque al sumergirnos en las imágenes que dibujan los relatos, tomamos distancia de la cacofonía ruidosa con que nos acecha el mundo contemporáneo para emprender un viaje etnográfico, por el territorio de querandíes, guaraníes o charrúas. De hombres con dos estrellitas a ambos lados de la nariz… mujeres feas con arañazos azulados en la cara y ríos con manguruyú de más de cien libras, surubys de treinta… y palometas que tienen los dientes tan cortantes, que un fraile perdió las marcas distintivas de su sexo.
Si como armaba Hobsbawm “la curiosidad es la mayor de las cualidades”, desde Ulrico Schmidl navegando el Paraná en el siglo XVI, hasta Marcos Kanner frente al Moconá en el siglo XX, esta cualidad está presente transformada en testimonios que nos desplazan por el tiempo largo de la historia.
A nosotros, ciudadanos de una modernidad saturada de imágenes donde cuesta diferenciar lo verdadero de lo falso, el original de la copia, estos viajeros nos invitan a explorar en silencio territorios nuevos y lugares sin codificar; y, cuando nos preguntamos si acaso no estaremos entrando en un mundo de no lugares, los textos nos proponen un lúcido viaje por tiempos y espacios llenos de memorias. Una invitación a la lectura en estos términos, no admite indiferencia ni rechazo.
