Descripción
En un mundo que ofrece innumerables novedades para abordar las infancias –sexualidad, crianza, derechos y leyes que las amparan–, María Romé propone detenerse a escuchar la verdad del niño, aquello que tiene para decir más allá de sus padres y del discurso que lo atraviesa y que lo nombra desde su prehistoria. E invita al analista a ser cauteloso con el objetivo de poder leer lo no dicho en sus enunciaciones.
Tal como la autora reconoce, muchos enfoques se ocupan hoy de considerar la palabra del niño como expresión de su subjetividad. No obstante, ¿qué lugar darle a su discurso en el marco del psicoanálisis? Y en ese sentido, ¿en qué consiste la escucha clínica del analista que trabaja con él? Estas y otras preguntas orientan el libro y nos embarcan en la compleja tarea de situar la noción de enunciación y el lugar que ocupa en la cura analítica de un niño.
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