Descripción
Las interpretaciones clásicas del conflicto interno que se originó en el Río de la Plata después de 1810 se sintetizan en antinomias tales como «unitarios o federales» o «civilización o barbarie». La hipótesis de Vilar es diferente: la pugna se debió a los intentos de los gobiernos oligárquicos porteños (hayan sido «unitarios» –el Triunvirato, el Directorio de Posadas o el de Pueyrredón, el grupo rivadaviano– o «federales» –Juan Manuel de Rosas–) por imponer su hegemonía en todo el país, incluyendo mantener el monopolio aduanero con exclusividad, contra los gobiernos federales de las provincias que pretendían un gobierno nacional más equitativo y con reparto de dicha renta. En la década aquí analizada se produce el único intento de las provincias por conducir el país. El choque de estas pretensiones con las de Buenos Aires culminó con el triunfo definitivo de esta última, que hizo valer de manera decisiva su mayor poder económico.