Descripción
Realidad y fotografía de esa realidad son dos términos antiéticos: la fotografía es el residuo físico de lo que es en el momento de toma, pero que deja de ser desde ese momento y para siempre. Y esa “realidad” se confina a ser la máxima estructura espacio-temporal que le otorga la entidad de memoria a la fotografía. Si tenemos la capacidad de producir imágenes sobreescritas de lo real, es porque tenemos la capacidad interna e intrínseca de producir imágenes, sean de lo real o de lo interno. La fotografía conjuga esa visión interna y esa visión de lo externo. La capacidad de generar imágenes se manifiesta en algo tan obvio como que a todo recuerdo le podemos adjudicar más de una imagen y viceversa. Hay imágenes que al verlas nos evocan un montón de recuerdos, de nuevo vemos la capacidad referencia de la imagen. La fotografía artística como documento que interroga memorias e identidades impuestas, pero también como generador de poéticas propias con dramaturgias potentes que son parte del acontecimiento teatral. En este libro hay un tratamiento particular de un recorte temporal desde una fotografía que otea, que se involucra en los procesos de los que da cuenta como un auxiliar a las memorias escénicas y a las identidades de los colectivos que le dieron vida. En este sentido relevamos la obra de María Martha Labella como una exploración visual por los rincones del laberinto de sus memorias, de sus recuerdos de las obras teatrales a las que retrató. El éxito del trabajo resulta de una exhaustiva observación previa de la obra, de una acertada selección de las escenas, de fotografiar estas escenas articulándolas con las otras disciplinas.
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