Descripción
Por Apuntes sobre totalitarismo y cultura nos enteramos de que una resolución rectoral del 22 de febrero de 1977 daba de baja dos títulos de Paulo Freire incluidos en el catálogo de la Biblioteca de la Universidad Nacional de Río Cuarto y ordenaba su incineración ulterior. La misma trasponía al ámbito de nuestra casa de altos estudios una directiva del Ministerio de Cultura y Educación que prohibía la circulación del pensamiento del pedagogo y pensador brasileño, considerándolo un instrumento que favorecía “la penetración de la ideología marxista en los ámbitos educativos”.
Escudriñando materiales de este tipo, Lilián Fernández del Moral expone el proceder concreto y efectivo del terrorismo de estado en el campo de la cultura argentina, en el sistema universitario y, más específicamente, en el contexto de la UNRC. Revisa (y requisa) una masa documental inexplorada, recoge testimonios, explora la prensa gráfica y examina cuantiosa bibliografía. Así da cuenta de un vasto dispositivo de discurso que legitimó una estrategia (tan inusitada como eficaz) de control y vigilancia. En su investigación, se combinan la paciencia minuciosa del arqueólogo que desempolva documentos olvidados con la pasión genealógica por desembozar los presupuestos ideológicos inscritos en ellos (el espíritu ignominioso de una letra que operó cotidianamente en lo real disciplinando cuerpos y voluntades).
Apuntes sobre totalitarismo y cultura brinda evidencias inobjetables, despliega explicaciones rigurosas y elabora interpretaciones válidas y convincentes acerca de por qué la censura y la represión (además del secuestro, el confinamiento clandestino, la tortura, las desapariciones, para nombrar apenas algunas de las atrocidades producidas por un plan sistemático de violación de los derechos humanos) fueron factibles. Muestra que la dictadura de 1976 abrevó en un conjunto de creencias y valores previo, proclive al autoritarismo, que antecede a la conformación del estado –nación y cuya génesis se sitúa en la época de la colonia. También muestra que el poder totalitario, además de la fuerza coercitiva, se valió de una serie normas jurídicas que le permitieron imponerse, naturalizarse y multiplicarse en las subjetividades de una población amedrentada.
Este libro es una contribución, decisiva, al entendimiento de un período lacerante de la historia de la UNRC, con sus vaivenes, claroscuros y contradicciones. Un ejercicio necesario y justo de la memoria, de la indagación crítica y analítica de las huellas de un pasado que no cesa de interrogarnos aún, aquí y ahora: “Lograr la comprensión y posterior explicación de los hechos puede constituir una de las tantas prácticas destinadas a impedir que se cumpla el eterno retorno, convirtiendo así la historia en maestra natural en la vida de los hombres”.