Descripción
Reflexionar sobre los derechos políticos en los estados nacionales modernos exige remontarse a las revoluciones atlánticas que inauguraron el mundo contemporáneo, en buena medida tal como lo conocemos hoy. La Revolución Francesa, la independencia de los Estados Unidos y los movimientos anticoloniales en América Latina promovieron las ideas de libertad, igualdad, fraternidad e iniciaron la compleja transformación de súbditos en ciudadanos. Construir un sistema político representativo, cuya legitimidad debía basarse en la soberanía popular, resultó un proceso desafiante y contencioso, pues exigió definir los criterios para ejercitar el derecho a elegir y ser elegido: la ciudadanía política.