Descripción
Los economistas se han acostumbrado a analizar los fenómenos monetarios a partir de especificar para qué sirve la moneda, sin preocuparse mucho sobre lo que realmente es. Para esto último, se conforman, tácita o explícitamente, con la fábula del trueque que nos dice que la moneda no es más que un bien que, al gozar de una aceptación muy amplia, nos permitiría sortear las dificultades del trueque (la doble coincidencia). Sin embargo, la recurrencia de fenómenos como alta inflación, hiperinflación, alta inflación con políticas monetarias restrictivas, convivencia de diversas monedas sobre un mismo espacio territorial, crisis monetarias, experimentos monetarios como la convertibilidad (currency board) o la dolarización muestran claramente los límites de la teoría monetaria estándar, que trata cada uno de ellos como anomalías que deben ser analizadas como casos específicos. El análisis de estos fenómenos, conocidos en América Latina y especialmente en la Argentina, exige un elemento común, una teoría monetaria que permita dar cuenta de ellos en su totalidad y complejidad. En Francia, desde la década de 1980, varios autores, respaldados por una diversidad de métodos y puntos de vista disciplinarios, se interrogan sobre la naturaleza de la moneda y van confluyendo en un enfoque común, un enfoque institucionalista. De esta forma, dejando atrás la fábula del trueque, se consolida el concepto de que la moneda es una institución, una relación social de orden superior cuya complejidad necesita de los aportes del conjunto de las ciencias sociales (antropología, historia, derecho, ciencias políticas, sociología, filosofía, economía). Esta construcción teórica está diseminada en libros y artículos de diferentes autores, de allí la necesidad de reunir en un solo libro los textos ineludibles que elaboran, desde una perspectiva institucional, las bases conceptuales de un análisis de la moneda.