Descripción
En este libro de ensayos, Édouard Glissant desarrolla el concepto de criollización (créolisation), entendida como “el mestizaje sin límites, cuyos elementos están multiplicados y cuyas resultantes son imprevisibles” (Irene Nahir Chada Hauría, “Édouard Glissant: aproximaciones al pensamiento antillano contemporáneo”, Algarrobo-MEL.com.ar, vol. 3, Nº 3, FCPYS-UNCuyo, 2014, p. 5). En palabras de Glissant, el fenómeno consiste en “encuentro, interferencia, choque, armonías o desarmonías entre las culturas” (Édouard Glissant, Traité du Tout-Monde, París, Gallimard, 1997, p. 194). A su vez, “la criollización no es un simple proceso de aculturación sino que entraña rasgos originales, nacidos a veces de contradicciones difícilmente soportables, y el principal de los cuales, aparte de los modos de vida y de los fenómenos de sincretismo cultural, es quizás una suerte de variación lingüística” del patrimonio cultural de una nación (Édouard Glissant, “Una cultura criolla”, El Correo de la Unesco, año XXXIV, diciembre de 1981, p. 35).
Finalmente, “[…] la créolisation no descansa solo en el fenómeno lingüístico […], sino que se constituye como una relación de elementos divergentes que producen singularidades. […] En la relación se constituye lo diverso. Como reconocido presocrático, Glissant enfrenta lo mismo a lo diverso. Entendiendo como lo mismo a la idea eurocentrada del colonialismo occidental que sublimó la diversidad de los pueblos y que intentó eliminar la diferencia a través de la pretensión de universalidad. […] Lo diverso implica una búsqueda de identidad para dejar de ser lo mismo, y en esa búsqueda se relaciona, se encuentra con el Otro, pero un Otro reconocido como igual en sus particularidades” (Chada Hauría, op. cit., p. 6).