Descripción
Desprejuicio y tono, las dos virtudes sostienen al conjunto de cuentos. En ese desprejuicio hay una vocación por narrar sin miramientos, sin temores, con la ilusión de que “no importa nada” más que narrar, contar una historia. O ni siquiera una historia, sino más bien proponer un tono. La prosa y el ritmo de cada cuento provocan un encuentro fluido y natural con el paisaje provinciano. Paisaje que poco tiene ya de provinciano, hay una urbanidad que avanza, que se come cualquier indicio, por así decirlo, rural. La vida de estos cuentos, en ese sentido, es profundamente urbana. Somos narradores de provincia y no renegamos de ese lugar —al menos no literariamente— sino que lo explotamos en todos sus rincones, en todas sus expresiones.
Mariano Quirós
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