Descripción
El 9 de septiembre de 1947 en la Universidad de Harvard tuvo lugar el primer defecto informático cuando una polilla ingresó entre las dos lengüetas de un relé. Este incidente quedó registrado (la responsable también). Desde ese momento el término bug es utilizado para referirse a los errores en el código fuente de un software, y se impusieron las rutinas de inspección y corrección: las aplicaciones software necesitaban ser probadas.
Este libro resume el trabajo de cinco años en el Grupo de Investigación en Calidad de Software de la Universidad Nacional del Nordeste. En particular, el desarrollo de las investigaciones de una tesis doctoral y dos tesis de maestría que buscaron mejorar la forma en la que los equipos que construyen aplicaciones software llevan adelante las pruebas. Su objetivo es dar una introducción a los conceptos básicos de una nueva metodología de trabajo: las pruebas continuas de software. Es un contenido desafiante y, aunque sea introductorio, están descritos aquí los resultados más relevantes de esas investigaciones. Se trata de un texto técnico, con un amplio contenido teórico y algunos ejemplos prácticos, especialmente en los dos últimos capítulos.