Descripción
En las biblias no escritas de las redacciones periodísticas figuran, de hecho, muchísimas recomendaciones y consejos sobre el oficio, que vienen repitiéndose desde siempre, y que los buenos profesionales comparten con los más novatos. Una de tantas es que si me tenés que explicar lo que quisiste decir es porque lo escribiste mal. Ese texto no sirve, hacelo de nuevo. Mucho peor resulta todavía si se distorsiona el lenguaje o se inventan palabras o giros forzados para justificar determinadas expresiones.
Pero también existen ciertas licencias, que se habilitan de manera excepcional, para transgredir esas normas, basadas en la necesidad de que se entienda bien una idea y, en lo posible, por una mayor cantidad de personas.
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