Descripción
Entre las múltiples realidades que se han puesto a la luz desde que se declaró la pandemia de COVID-19, si en algo podemos coincidir sin riesgos de equivocarnos es en el sólido y estratégico conocimiento producido y acumulado en nuestras universidades, que rápidamente se pusieron a disposición para hacer frente al nuevo contexto.
Desde la gestión del Estado nacional y provincial se ha puesto nuevamente en el centro la necesidad de recrear nuevas lógicas de funcionamiento social basadas en la solidaridad como valor político para reconstruir los tejidos que nos permitan lograr la igualdad y el acceso a la salud, y el cuidado del ambiente.
El sistema universitario con asiento en la provincia de Buenos Aires, con veintitrés universidades nacionales y dos provinciales, se ha convertido en un actor protagónico en la planificación de las estrategias de control, prevención y monitoreo de COVID-19. Universidades que desde sus especificidades y particularidades han brindado su infraestructura y sus recursos humanos con un genuino compromiso e histórico involucramiento frente a un contexto de enorme incertidumbre y peligro para nuestras vidas.
Esta pandemia también nos ha demostrado que cuando hablamos de derecho a la Universidad no nos referimos solo al acceso, a la posibilidad de llegar a ella, sino sobre todo al derecho que tiene el pueblo a gozar y usufructuar el conocimiento que ella produce.
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