Descripción
Este libro -el primero de la presente colección- constituye un rico aporte para construir mejor nuestras preguntas sobre un asunto central de la discusión teórico-política contemporánea: el de la constitución del pueblo y de la política popular. Sabemos que el pueblo no es una esencia, sino un sujeto que se constituye en la acción. También (en especial a partir de la sugestiva tesis de Ernesto Laclau) que su fuerza surge de la tensión entre su ser universal y su ser particular. Laclau nos devela la centralidad de esta tensión, pero resuelve que la política democrática significa siempre la constitución populista de la parte baja de la sociedad en el todo social. En cambio, aquí se muestra que esta es solo una posibilidad, y que la potencia transformadora del populismo radica justamente en su capacidad para mantener esa tensión entre parte y todo. Movimiento de reparación del daño sufrido por la plebs, el populismo produce una división interna a la comunidad, pero mantiene la tensión entre su representación de toda la comunidad y su reivindicación de la sociedad postergada. Por eso se aleja tanto de la democracia liberal como del autoritarismo. Por eso, también, avanza como vector de igualación social y política, pero sin terminar de disolver las diferencias.
Gabriel Vommaro