Descripción
El prestigio de la Modernidad occidental descansa sobre dos grandes mitos: el Renacimiento y la Colonización. Habiendo implicado en su momento meras empresas del poder financiero, destinadas a obtener un rédito material inmediato, quedaron posteriormente dignificadas como expresiones de un designio superior, en cierto modo espiritual, a través de un conjunto de relatos construidos para acreditar su distinción y representar su autoridad.
El Humanismo, verdadero programa cultural de la burguesía, organizó en el siglo XVI el sistema de significados y referencialidades de tales relatos, dotándolos de un estatuto egregio que halla su legitimación en una tradición residual llamada clásica e inspirada en valores y prácticas de la aristocracia antigua y de la nobleza medieval.
En este libro se vinculan dos momentos cruciales en la evolución de los atributos y representaciones del programa humanista: uno inicial, hegemónico, cuando contribuye a darle sustento teórico a los discursos eurocéntricos en géneros literarios del siglo XVI, y otro culminante, residual, cuando se vislumbra la decadencia de sus principales contenidos en amplios segmentos de la poesía de fines del siglo XIX.