Descripción
Gloria Elena Espinoza de Tercero, la poeta de León, ha captado la ritualidad fervorosa de su pueblo y la ha convertido en alta poesía. Ella orquesta un movimiento escénico que es una celebración alegórica del espíritu inmortal del poeta Rubén Darío. Ella es el demiurgo que, a partir de un conocimiento amplio y profundo de la literatura universal y de la obra del propio Darío, orquesta con gran habilidad una pieza teatral con múltiples recursos que apelan a una escenografía rica en decorados, accesorios y caracterizaciones, a variadas músicas —desde Carmina Burana a la música popular latinoamericana— y a la iluminación, que adquiere una centralidad semántica, para lograr una obra rigurosa en su contenido temático, donde los versos darianos encajan con precisa acuidad en los amenos parlamentos que buscan, como en las antiguas Cortes de la Muerte, alcanzar la justicia para el máximo poeta hispanoamericano que, juzgado por sus flaquezas de hombre y por sus incertidumbres de artista, logra,sin embargo, a través de argumentaciones rebatibles, y por ello tan afines al espíritu contemporáneo, la inmarcesible inmortalidad.
