Descripción
Esta obra, un esfuerzo transdiciplinario en el que convergen aportes de muy diversas disciplinas, está compuesta por doce capítulos y un anexo con figuras y fotografías, y se articula en tres ejes principales: el sitio donde se ubica el área de estudio, su diversidad biológica y los procesos de ocupación humana. Los procesos de crecimiento urbano y urbanización han sido dos de los fenómenos espaciales característicos del siglo XX. En casi todo el mundo la población ha abandonado las áreas rurales para concentrarse en núcleos urbanos. En la Argentina el proceso de urbanización ha sido particularmente acelerado. Vive hoy en localidades urbanas cerca del 90% de la población del país. Este fenómeno ha sido ampliamente documentado y estudiado por muy diferentes disciplinas científicas: demografía, geografía, sociología y ordenamiento territorial entre las principales, pero como se destaca en este libro, poco interés ha recibido desde de la ecología.
La propuesta de los autores de este volumen es comprender que la interacción entre la urbanización y los ecosistemas naturales resulta central para poder interpretar los cambios ambientales en el marco de la globalización en la interfase entre el Gran San Miguel de Tucumán (GSMT) y la Sierra de San Javier (SSJ). El objetivo es rescatar las herramientas que provee la ecología urbana para poder entender este vínculo. El hecho de estar situado el Gran San Miguel de Tucumán sobre un área pedemontana con abundante precipitaciones, suelos fértiles y un entorno montañoso de alta calidad paisajística al oeste y uno llano hacia el este, define en buena medida los caracteres de la interacción de la interfase. La disponibilidad de agua y suelos fértiles ha generado a través del tiempo una fuerte competencia entre los usos agrícolas intensivos y los urbanos del suelo, sobre todo en el área pedemontana, donde la proximidad a la montaña acrecienta su valor paisajístico. Ante el avance de la urbanización, la agricultura se va transformando en una actividad en vías de extinción desplazada sobre todo por urbanizaciones de alto nivel. En el área montañosa los desarrollos urbanos de segunda residencia han desplazado a la mencionada actividad así como a la ganadería y a las poblaciones que las realizaban, propendiendo de ese modo a una regeneración de los bosques. Esta dualidad es lo que se conoce como switch. Por lo tanto, en el primero de los ejes de análisis se concluye que la urbanización habría favorecido la regeneración de los ecosistemas montañosos, incentivando la migración de los pobladores del área montañosa hacia las áreas urbanas (con el consecuente abandono de sustareas agrícolas y ganaderas), generando instituciones e iniciativas dedicadas a la conservación de la naturaleza.